jueves, 27 de agosto de 2009

Leí "El Diario de Ana Frank"


Cuando cursaba el bachillerato, me dejaron de tarea leer este libro. En ese tiempo el mundo impreso no me interesaba, así que lo leí a medias e hice un reporte muy rebuscado para salir del problema. Diez años después, resulta que ya soy un lector asiduo, por lo que decidí leer esta obra como Dios manda.

Es increíble la empatía que se siente con esta pequeña adolescente, por lo que no es difícil sentir las incomodidades del anexo donde se escondían de los Nazis, y a su vez sentir que podría ser peor si estuviera en un campo de concentración.

Un gran libro; pero aún pienso que es una pésima decisión dejar de tarea leer un diario para promover la lectura, pues para una persona no familiarizada con los libros resulta muy aburrido.

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